Olentzero |

Parece que el significado profundo de la figura de Olentzero se pierde en la noche de los tiempos, es anterior a la cristianización de Navarra, y su celebración se situaría dentro de los ritos del solsticio de invierno. La humanidad, sumergida en las fuerzas de la naturaleza y sometida a sus ciclos, festejaba el momento en el que el sol nuevamente volvía a adquirir la fuerza que había ido perdiendo en los últimos meses.

Posteriormente, el cristianismo asimilaría estos conceptos básicos y adaptaría las costumbres paganas locales y así, al igual que en otras partes del mundo ocurrió con figuras semejantes, Olentzero pasó de anunciador del renacimiento de la naturaleza a mensajero de la venida de Cristo, la nueva esperanza para la humanidad.

El paso del tiempo, sin modificar en lo fundamental este contenido, fue dotando a nuestro personaje de detalles que variaban de una localidad a otra y que resaltaban más o menos su carácter bonachón y grotesco, gordo, glotón y bebedor, desaliñado en general, muchas veces de profesión carbonero.

Arrinconada su existencia en las comarcas del norte de Navarra, desde mediados del siglo XX y debido a la evolución social y económica producidas en nuestra sociedad, Olentzero ha ido ganando nuevos espacios y significados, llegando a pueblos y ciudades de toda nuestra geografía y trayendo en su saco, además de los buenos deseos y del carbón propios de su condición y de su profesión, los juguetes y regalos que, en especial los más pequeños de nuestras casas, le pedimos cada año.

Olentzero en Carcastillo.

Fue en 1986 la primera vez que nos visitó Olentzero aquí en Carcastillo, tras la invitación de una cuadrilla. El recibimiento por parte del pueblo fue bueno y numeroso. Para celebrar esta llegada salió la Fanfarre a tocar y se hizo una hoguera en la plaza en la cual Olentzero nos dijo adiós.

No sabemos muy bien porqué pero Olentzero no nos volvió a visitar hasta 1990. En esta ocasión fue el C.S.C. Zirika quien organizó su recibimiento. Se le acompañó hasta la plaza con una txaranga y ahí el grupo de dantzas del pueblo, Mugarria, bailó entre otras cosas la Makil Dantza de Bera.

Desde aquel año Olentzero nos ha visitado de forma ininterrumpida y su recibimiento siempre ha sido numeroso y el ambiente mágico. En los primeros años Olentzero no habló mucho (estaba bastante inexpresivo) pero poco a poco fue cogiendo confianza y, como buen charlatán que es, disfruta mucho hablando sobre todo con l@s más pequeñ@s.

Hemos dicho que a Olentzero no le costó mucho coger confianza en el pueblo. Sin embargo el camino hasta Carcastillo le costó más aprendérselo ya que unos años aparecía por “las casas de los maestros”, más tarde por la calle Aldudes y Urepele y ya en los últimos años se deja ver por el campo de futbol ,que según el mismo es el camino más corto para venir desde su carbonera.

Como es lógico su aspecto durante estos años ha ido cambiando y lo hemos podido ver desde bastante flaco o seco hasta demasiado gordo, desde con la cara bastante limpia hasta bastante sucia o morena, con barba y sin ella, un año que tuvo problemas con los ojos apareció con unas gafas…

Hemos comentado que el recibimiento siempre ha sido bastante masivo y que ya nadie podría entender un 24 de diciembre sin la visita al pueblo de nuestro carbonero. Sin embargo en la organización de este evento ha habido años más difíciles y desde aquí nos gustaría agradecer a todas personas que han hecho durante estos años que esto se haya convertido en una costumbre tan afincada en Carcastillo.

En esta celebración ha habido actuaciones que con el paso del tiempo se perdieron, como los txistularis y txalapartaris del pueblo. Otras como los gaiteros y el reparto de sidra y castañas se han mantenido. En los últimos años también se han recuperado las dantzas populares y se ha organizado alguna cena “ Amig@s de Olentzero “ parar sufragar los gastos de la organización del evento.

En este contexto es donde la nueva asociación Hazi Zarrakaztelu coge las riendas de esta organización y espera que Olentzero nos siga visitando todos los años y que su llegada siga siendo una noticia muy alegre a la vez que su recibimiento es cada vez más masivo.

Horra horra gure Olentzero!

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